I’m gonna love you and you’re gonna fall in love with me
domingo, 6 de marzo de 2011

AC Capitulo 11: "Edifer"

Capitulo 11: “Edifer”

Carol se retiro y nos dejo a mí y a Brandon solos en la sala. Brandon estaba parado delante de mí y no emitía ni una palabra. Hasta ese momento nunca me había puesto a observarlo detenidamente, su belleza era inigualable. Sus ojos color miel hacían una perfecta combinación con su hermosa sonrisa, y con su revoloteado pelo que a decir verdad demostraba que nunca había usado un peine, pero eso le daba una gran toque sexy, sin dejar de mencionar que sus músculos se notaban incluso hasta con una remera suelta. Seguía observándolo como una perra en celo hasta que por fin rompió el silencio.

-¿Podríamos hablar afuera? Dijo sonriendo

-S-i , como quieras. Tartamudee y me puse toda roja

Brandon me tomo de la mano y salimos a la parte delantera de la gran casa, donde por supuesto no pasaba ni un alma, solo había un par de autos estacionados en el frente incluido mi hermoso mini Cooper (que por cierto estaba más que sucio, luego tendría que darle una buena lavada). Brandon se sentó en las escaleritas de la entrada e hizo un gesto para que me sentara a su lado.

-Bueno Camille, con todo lo sucedido anoche no tuve ni tiempo de poder hablar contigo. Dijo aun sonriéndome

-Si tienes razón, después de todo el lio de anoche y de que me desmaye no pudimos ni hablar. Dije yo

-Se que te estoy sacando de una clase, pero voy a ser rápido lo prometo. Dijo el tratando de peinarse un poco.

-Bueno aquí estoy ¿Qué es lo que quieres decirme?. Pude sentir en el corazón de Brandon que estaba muy nervioso y que no sabía cómo contestarme, lo tome de la mano dándole animo pero el bruscamente se soltó de mi. Me quede boquiabierta por esa reacción, realmente no entendía porque había sido tan grosero a un gesto tan insignificante.

-Vale perdón, es que ando un poco asustado. Dijo bajando la cabeza

-¿De que estas asustado Brandon? ¿De mi? Yo solo quiero ayudarte. Dije yo

-No de ti tonta, de todo lo que está pasando, es decir yo siempre fui un chico que entreno duro para lo que pudiera llegar a venir, pero ahora me siento inútil y sé que no puedo hacer nada al lado de ustedes, que tienen poderes sobrenaturales, y lo único que quiero es poder ayudar y proteger a los demás. Dijo amargado

-Tu estas ayudando demasiado, pero en estos temas es obvio que tu fuerza y tu coraje no sirven. Dije y vi como su sonrisa desaparecía, mierda Camille esa no era forma de animarlo entonces agregue –Es decir con los seres a los que nos enfrentamos, pero a pesar de todo tu coraje y tu fuerza me ayudaron cuando estuve en peligro y gracias a ti sigo aquí, aunque no quisiera que vuelvas a correr ese peligro de nuevo. Dije sonriéndole.

-Por ti correría cualquier peligro Camille. Dijo tomándome de la mano. Instantáneamente mi corazón comenzó a latir como loco y me puse realmente muy nerviosa. Brandon noto mi inquietud y soltó mi mano.

-Eh… vale gracias. Tartamudee.

-Pero sé que a ti eso mucho no te importa. Dijo levantándose y alejándose de mí

-Espera Brandon, no es que no me importe solo que yo estoy tan confundida como tú, hace unos pocos días era un simple humano y ahora soy un ángel y realmente todavía nose cual es mi misión. Dije yo

-Te entiendo, pero de todos modos no hablaba de eso. Dijo él, y se metió dentro de la casa.

Está bien ahora sí que no entendía nada ¿De qué demonios me estaba hablando?, yo sabía bien que Brandon estaba sufriendo incluso más que yo, y que ahora estando solo no sabía qué camino tomar. Pero en ese momento yo no podía hacer nada más que escucharlo hasta que supiera bien cuál era mi misión y como poder ayudarlo era lo único que podía hacer. De todos modos ¡maldita sea! Me sentía como la mierda. Mire mi reloj, y me di cuenta de que había pasado una media hora, tenía que correr para al menos llegar a una parte de la clase de historia. Entre a la gran mansión y corriendo fui hasta donde estaba el aula (o sala como quieran llamarla) donde Arnold dictaba historia. Entre al aula, y Arnold me miro con una gran sonrisa.

-En hora Buena aquí estas Camille. Dijo el

-Perdón por llegar tarde, necesite un tiempo a solas, pues sabes que todo esto me está costando un poco. Dije tímidamente

-No hay problema, mientras no se te haga costumbre, siéntate allí al lado de Aaron. Dijo señalándome un pupitre al lado de Aaron el cual me miraba inquieto.

Fui hasta el pupitre y me senté. Aaron seguía observándome con curiosidad. Me di cuenta de que se moría de intriga por saber que había estado haciendo hasta ese momento, pero igualmente Aaron no lo iba a saber. No quería tener ningún problema con mi casi nuevo novio por una pequeña charla con Brandon el que parecía ser su enemigo mortal. Por suerte la voz de Arnold me salvo de dar explicaciones, aunque sabía muy bien que luego tendría que darlas.

-Bueno Camille, ahora que te uniste a la clase te comento que estaba por empezar a relatar la historia del ángel Edifer, como ya sabrás Edifer fue el primer ángel caído en la tierra. Fue aproximadamente hace unos cien años en la década de los ’50 en la ciudad de Rosario que está situada en Argentina un país de América del sur. Edifer era un simple adolescente como todos los que están hoy aquí presentes, al cumplir los 18 años comenzó a sentir cambios que no podía entender, empezó teniendo afinidad por las emociones todo lo que estaba a su alrededor lo sentía con el corazón, al principio su don lo asusto muchísimo, y estuvo aislado del mundo por unos meses. Luego llego a pensar que era un loco demente que solo imaginaba cosas. Pero después se dio cuenta que podía darle un buen uso a su poder, ayudando a la gente, como un psicólogo sin un titulo. Me miro se aclaro la garganta y siguió relatando – Como decía Edifer tuvo que arreglárselas solo, después de un larguísimo día de trabajo caminando por las calles de Rosario sintió una enorme tristeza que provenía del monumento a la bandera de argentina, sintiéndose incomodo corrió hasta allí y sintió a flor de piel el horror y el sufrimiento de una mujer que estaba tirada sangrando en el medio del monumento, a su lado había una figura negra que se alimentaba de ella. La figura negra al verlo gruño y siguió alimentándose de la mujer el sintió el miedo y el dolor que la mujer tenía y la furia lo carcomió, sintió un gran calor en su cuerpo sus alas crecieron de su espalda sus ojos se tiñeron de dorado y se abalanzo contra la bestia. Según lo que nuestros libros dicen Edifer lucho contra la bestia y salió victorioso, y ahí comprendió que su misión era cuidar al mundo de estas bestias. Salvo a la mujer quien resulto ser también un ángel caído. Arnold suspiro y volvió a hablar –A ver alumnos alguien sabe ¿Quién era esta mujer? . Aaron levanto la mano muy emocionado esperando que le dieran el permiso de hablar, Arnold le dio el okey con un movimiento de cabeza y dijo –Dime Aaron. Aaron bajo su mano y contento dijo

–Ella fue la primera ángel caída en la tierra, ella mediante los sueños sabía que iba a pasar, tenía las cosas más claras que Edifer, sabía que era un ángel desde el primer momento pero no había logrado transformarse, esa noche que Edifer la encontró, anteriormente había tratado de luchar con la bestia pero como era de suponer no logro transformarse y quedo debilitada e indefensa ante la criatura, aunque ella estaba segura de que Edifer iría a su rescate puesto que lo había soñado. Aaron concluyo y me miro sonriente.

-Muy bien Aaron veo que has leído la historia de Ángela nuestra primera ángel caída. Se toco la barbilla pensativo y siguió hablando – Ángela era una profetisa su afinidad era esa, y como sabemos fue el único ángel caído que logro esa afinidad, ningún ángel más logro esa afinidad durante estos cien años. Ángela y Edifer formaron una academia en la cual entraban los destinados a ser ángeles caídos, al principio solo fueron ellos dos, mientras que las criaturas negras seguían aumentando y amenazando a la ciudad. A medida que paso el tiempo fueron apareciendo jóvenes con similares poderes a los de Edifer, y con otros poderes sobrenaturales que fueron estudiados cuidadosamente por Edifer y Ángela hasta que le destinaron el nombre de “afinidades” como hoy las conocemos. Y al igual que a nosotros a ellos también les resulto raro que ningún ángel que se presentaba ante ellos tuviera la afinidad de Ángela, fue una incógnita que hasta el día de hoy sigue sin resolverse. Dijo sentándose en su escritorio. – El timbre ya va a sonar, así que la tarea de mañana es leer desde la página 15 hasta la 20. Cuando termino de hablar el timbre sonó, y todos empezaron a recoger sus cosas, hice lo mismo que los demás y me propuse salir del aula cuando Aaron me detuvo. Ya todos habían salido del salón y estábamos él y yo solos. Me miro y me acaricio la cara con la mano suspiro y puso su cara muy cerca de la mía.

-Al fin un rato a solas. Dijo con una sonrisa picarona y luego me dio un beso dulce, el cual respondí apasionadamente. Solo éramos el y yo en el salón besándonos, sus besos eran cálidos y hermosos, y sus emociones venían a mi llenas de felicidad y paz. Me sentí protegida y feliz en sus brazos, todo mi mundo estaba en paz en ese momento. Nos separamos dulcemente y nos quedamos mirándonos sonrientes por un momento. Hasta que Aaron rompió el silencio y supe instantáneamente que era lo que iba a decirme.

-¿Por qué llegaste tarde preciosa? ¿Te sentías mal? . dijo alzando las cejas preocupado

-No, me sentía bien solo estaba un poco confundida y salí a caminar un rato. Mentí

-Porque no me avisaste te hubiera acompañado. Me agarro de la cintura y me condujo hasta la puerta del aula.

-Porque necesitaba un momento a solas Aaron, estoy bien. Sonreí

-Está bien no te enojes novia. Se puso todo colorado y agrego –Si no te molesta que te llame así ¿Quisieras ser mi novia Camille?

Lo mire atónita no sabía que contestarle, yo lo quería y mucho pero me parecía muy pronto ya darle un titulo a nuestra relación de tres cuatro días? Así que lo más ingenioso que se me ocurrió para decir en ese momento fue –Vamos a llegar tarde a la próxima clase y sabes que no debo retrasarme tengo que aprender muchas cosas, tu sabes soy nueva en esto, a ver si me alcanzas. Reí y me fui corriendo, pude sentir su furia clavándose atreves de mi espalda pero seguí corriendo hasta el campo de rosas blancas donde tendría mi próxima clase.

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