I’m gonna love you and you’re gonna fall in love with me
martes, 30 de noviembre de 2010

Ángeles Caídos Capitulo 1: Volver a nacer.

Bueno al fin logre terminar el primer capitulo y el segundo también pero los voy a dejar con la espera un ratito así puedo terminar el tercero y así sucesivamente para que no esperen tanto. Espero que les guste, a mi me esta gustando escribirlo también.


Capitulo 1: Volver a nacer.

El medico entro al cuarto todavía atónito por el milagro que había ocurrido. Ya hace dos días que estaba en coma y no tenia ningún órgano del cuerpo sano, mi cuerpo estaba totalmente enfermo y no había ninguna esperanza, iba a morir en pocas horas. Pero por una ilógica razón mi cuerpo empezó a funcionar bien, mis órganos comenzaron a funcionar nuevamente y mis músculos se hicieron mas fuertes. A las pocas horas estaba caminando por los pasillos del hospital y ya no necesitaba la ayuda de un respirador artificial. Estaba como nueva como si hubiera vuelto a nacer. Y en parte fue así.

En las manos de mi medico había dos sobres eran los resultados de los análisis de mis órganos y a juzgar por su cara eran buenas noticias. Me tomo la presión y verifico si los latidos de mi corazón eran normales.

-Camille todos en el hospital no pueden creer esta recuperación milagrosa que tuviste, me alegra decirte que estas sana y no tienes que seguir estando aquí. Me dijo sonriente y saco de mi muñeca el suero.

Mi padre James entro al cuarto del hospital con mis maletas vacías listo para llenarlas e irnos de ese lugar de una vez por todas. Hace tres meses exactos que había entrado a ese hospital en una silla de ruedas sin poder mover las piernas, y me iba caminando y con las articulaciones más fuertes que nunca. Empecé a meter la ropa en las maletas lo mas rápido posible quería irme y ver la luz del día. Mi padre firmo mi alta y a los pocos minutos abandone esa habitación que había sido mi refugio durante 3 largos meses.

Por los pasillos todos los médicos me saludaban, algunos lloraban de emoción. Salí del hospital y pude observar el sol radiante, a lo lejos el central park tan bonito como lo recordaba. El auto de mi padre estaba estacionado en el frente del hospital, cargue mis maletas al baúl y me subí al auto. Todo parecía tal cual lo recordaba, las calles desiertas, basura esparcida por todos lados, autos abandonados, y personas sin techo pidiendo por las calles. La situación de la ciudad seguía decadente, las guerras continuaban y la gente cada vez tenía más miedo de salir a la calle. El mundo estaba en guerra hace ya 10 años y este año no iba a ser la excepción.

Llegamos a nuestra pequeña casa en el barrio de Manhattan, todo estaba tal cual lo había dejado hace tres meses. Los muebles en el mismo lugar, los libros de mi padre por toda la casa, y los platos sucios en el fregadero eran señal de que hace mucho tiempo nadie había vivido allí. Era lo lógico ya que mi padre vivió prácticamente conmigo en el hospital.

Mi padre me dio las valijas y me retire para mi cuarto. El cual estaba muy limpio y ordenado tal cual lo había dejado tres meses atrás. Abrí las valijas y comencé a ordenar mi ropa en el armario. Revolví el bolso para ver si no me olvidaba de algo y para mi sorpresa salió una pequeña nota con un manuscrito muy raro en dorado. Era un idioma o clave desconocida por mí, las letras eran doradas y muy legibles, y al final de la nota había una dirección en ingles que era lo único que entendía. Con la misma legibilidad que los demás signos decía Yonti Street 20567 New Jersey, una pequeña ciudad a unos kilómetros de Nueva York. No le di mucha importancia a la nota, y la deje sobre el escritorio y fui a la cocina a prepararme un café.
Mi padre estaba sentado en la mesa de la cocina leyendo uno de sus libros con una nota al lado con los mismos signos dorados que la mía, lo cual me llamo mucho la atención.

-¿Que es esa nota que tenes ahí? Le pregunte inquieta
-La verdad no lo se Camille, apareció en mi bolsillo y lo único que entiendo es la dirección que esta anotada abajo, me estaba fijando que clase de signos puede ser en este libro pero no hay nada parecido a estos signos. Dijo preocupado
-¿Qué dirección dice ahí abajo? Pregunte horrorizada
-Yonti Street 20567 New Jersey, ¿porque preguntas hija? Me miro dubitativo
Corrí hacia mi habitación agarre la nota y volví hacia la cocina. Mi padre abrió sus enormes ojos celestes y me dijo
-Donde encontraste eso Camille?
-Estaba en mi bolso, cuando saque la ropa lo encontré, no entiendo que son estos signos raros tampoco.

Mi padre se paro y me saco la nota de las manos, y verifico si las dos notas eran iguales. Y luego sorprendido me dijo
-Los signos no son los mismos pero la dirección si, habrá que averiguar que es lo que nos quisieron decir hija.
-No creo que sea algo muy importante papa, y no creo que sea seguro viajar a un lugar desconocido con los problemas que hay afuera. Le saque la nota de la mano y me retire para mi cuarto. Me siguió sorprendido y luego agrego
-Pero hija si es alguna clave para descifrar lo que te pasa desde que sos una niña?
-No lo se papa pero no tengo ganas de seguir viajando por todos lados, me pase toda mi vida averiguando estas cosas raras que me pasan, no tuve infancia ni tampoco adolescencia no tengo amigos, quiero ser una persona normal y estudiar algo ya no tengo ganas de seguir averiguando tendré que aprender a convivir con esto. Agarre la nota y la rompí en pedazos y me acosté en la cama dándole la espalda a mi padre.
-Hija te estabas muriendo y de una hora a la otra estabas sana otra vez, por el amor de dios no es normal Camille!. Me dijo enojado.
-Ya se que no es normal NO SOY NORMAL PERO QUIERO TRATAR DE SER NORMAL UNA VEZ EN MI VIDA PAPA!. Me pare lo eche del cuarto y cerré la puerta con llave.

Toda mi vida me la había pasado viajando, nunca había tenido un amigo verdadero, ya que cada vez que me hacia uno al mes me iba de la ciudad hacia otra en otro lugar del continente. Nunca fui a una escuela, ya que mi padre era profesor que se encargo que mi educación fuera buena. A medida que pasaba el tiempo iba conociendo más lugares y gente extraña en el mundo y ninguno de los sanadores o brujos pudo descifrar las extrañas cosas que me sucedían. Hasta que me diagnosticaron esta enfermedad terminal, pero mi vida siguió siendo la misma hasta que mis piernas dejaron de funcionar y termine en el hospital de Nueva York, pasaron los meses y mi estado emporo y estuve al borde de la muerte. Pero por una extraña razón mi corazón volvió a latir y acá estoy de nuevo tratando de que mi vida sea un poco más normal. A decir verdad desde que Salí del coma no me habían sucedido cosas extrañas ni sucesos similares a los que había vivido. Eso me extrañaba enormemente, mi madre aparecía todos los días deambulando por la casa mirándome, y ahora no había ni rastros de ella. ¿Sera que había perdido esos dones? ¿Sera que ya estaba curada?. Realmente no lo sé, lo único de lo que estoy segura es que quiero una vida normal a partir de ahora. No quiero descifrar lo que significaban esas notas, ni tampoco ir a averiguarlo, solo quiero ser una chica normal.

Me tire en la cama a dormir un rato, mi padre seguía tocando la puerta para que le abriera. Pero me puse los auriculares y puse la música a todo volumen. Al cabo de un rato me quede completamente dormida.

“Estaba en un viejo callejón de la ciudad de Nueva York, era de noche y llovía mucho, en mi mano tenía un anillo plateado que tenia inscriptas mis iniciales CS de Camille Smith. Caminé hacia el fondo del callejón y de pronto una luz muy fuerte me encegueció, no podía ver nada pero escuche la vos de mi madre que decía -Corre Camille! Corre con todas tus fuerzas! Quieren matarte!. Pude sentir como alguien se apresuraba por salir de esa luz enceguecedora, y seguía escuchando la vos de mi madre que me pedía que corriera CORRE CAMILLE NO ESTAS SEGURA NI EN TUS SUEÑOS, CORRE Y DESPIERTATE HIJA!. Corrí con todas mis fuerzas, para salir del callejón, pude sentir que alguien me seguía y no pare hasta llegar al central park, en la ciudad seguía lloviendo el cielo estaba negro y no había ni un alma que pasara por allí. Lo único que escuchaba era mi respiración agitada, y la respiración de otra persona que estaba detrás mío, me toco la espalda y me dijo -debes seguir es tu misión sálvanos a todos… “ un trueno me hizo levantarme de un salto, mire mi reloj pulsera y marcaba la una de la mañana, en la ciudad llovía mucho y las luces de la calle estaban todas apagadas. A pesar del frio que hacía en Nueva York yo podía sentir un gran calor en mi cuerpo, prendí la luz de mi velador, y pude observar que en mi dedo poseía el anillo de mis sueños. El anillo radiaba un enorme calor, y hacia que me cortara la circulación, trate de sacármelo pero fue en vano, estaba como pegado a mi piel. Al parecer estas cosas extrañas no me iban a dejar de pasar lo cual me angustio mucho. Me levante y fui hacia a cocina a buscar un vaso de leche caliente. Mi padre yacía dormido en la mesa junto a una gran pila de libros. Quise pasar desapercibida pero mi padre noto mi presencia y se levanto.

-Camille que haces despierta es muy tarde paso algo? Dijo y se froto los ojos
-No papa me levante por un trueno, no te preocupes te aconsejaría que te vayas a dormir y si es posible en una cama.
-Si tenes razón, me voy a mi cuarto Buenas Noches. Se levanto de la silla me dio un beso en la frente y se retiro a su cuarto.
Abrí la heladera saque la leche y me serví un poco en un tasa, la puse en el microondas y me senté en la mesa a esperar. Tuve curiosidad y vi las anotaciones que había hecho mi padre en un cuaderno. No le entendía muy bien la letra pero seguía tratando de descifrar el mensaje con letras doradas, lo cual no me importo. El microondas sonó y saque mi leche, agarre unas galletitas y me senté de nuevo en la mesa. En cuanto termine deje la tasa en el fregadero y me encamine hacia mi cuarto, pude ver que mi padre yacía en la puerta de mi cuarto,

-¿Está todo bien papa? Le pregunte y le toque la espalda se dio vuelta y estaba horrorizado
-No hija las cosas no están bien, mira esto. Y me mostro un anillo dorado con las iniciales de mi madre Marie Gonzalez. –Este anillo era de tu madre y apareció en su mano antes de tenerte a vos hija, y vi que tenes el mismo anillo con tus iniciales Camille.
-¿y eso que tiene de malo papa? Lo mire dubitativa
-Que cuando naciste, ella murió sin ninguna explicación, ningún médico pudo descifrar que fue lo que la mato Camille y ahora te aparece un anillo igual, esto es síntoma de que tenemos que averiguar que es. Me tomo de la mano y observo mi anillo
-Pero este anillo es plateado papa no es igual. Quise ponerle fin al asunto pero no pude
-Es exactamente igual pero en plateado, mira observa hay unas alas en ambos anillos rodeando las iniciales. Mi padre me entrego el anillo para que lo observara mejor
Y si era el mismo anillo salvo que el de mi madre era dorado y tenía sus iniciales, el mío tenía mis iniciales y era plateado pero era totalmente igual. De pronto sentí un gran calor en mi interior y un deseo de averiguar todo esto, pero no se lo hice saber a mi padre.
-Papa no me importa, y tampoco quiero que sigas toda tu vida averiguando que me pasa y que fue lo que mato a mama por favor papa viví sin preocuparte. Le acaricie la mejilla y le di un beso – Creo que deberías ir a dormir mañana hablamos sobre esto estas muy cansado.

Mi padre asintió, me dejo el anillo y se fue para su cuarto. Al juzgar por su silencio supe que ya sabía lo que tenia tramado, pero como siempre se hizo el misterioso y lo dejo en mis manos. Mi padre siempre había tenido una gran intuición para las cosas, y esta vez dejo en mis manos descifrar la incógnita, el estaba seguro que lo haría. Mire el anillo dorado detenidamente, era igual al mío salvo por sus iniciales y por unos pequeños detalles que había en las alas que no estaban en mi anillo plateado. Fui para mi cuarto y arme una mochila dispuesta a ir a la dirección que mostraba la nota pero antes tenía que descifrar que decía su contenido, hubiera podido hacerlo si no la hubiera roto en mil pedazos, pero para mi sorpresa vi que en mi escritorio yacía la nota intacta con sus letras doradas y la dirección. Fue realmente muy raro pero no me sorprendí tanto porque para decir verdad ya estaba acostumbrada a ese tipo de sucesos extraños en mi vida. Mire el reloj marcaba las tres de la mañana la lluvia había parado y las nubes empezaban a desaparecer, agarre la nota la metí en la mochila y Salí del cuarto. Fui hasta al garaje, y me subí en mi mini Cooper blanco. Afortunadamente mi auto arranco, después de tres meses es posible que no quisiera andar, pero por suerte no me trajo ningún problema. Abrí la puerta del garaje y salí de casa andando. Tenía pensado pasar por la biblioteca para consultar algún tipo de libro acerca de signos pero eran las tres de la mañana no estaría abierta y gastaría nafta sin sentido mientras que tenía un largo viaje por delante. Mientras andaba vi las calles de Nueva York desiertas y me entro una gran angustia. La ciudad de Nueva York había cambiado muchísimo, Nueva York era la ciudad que nunca dormía y ahora parecía inmersa en un largo sueño. Pero era de suponer, estábamos en el 2030 hace 10 años ya que estábamos en guerra y las cosas habían cambiado muchísimo y la gente vivía con miedo. Me encamine hacia la autopista que iba hasta New Jersey cuando vi que un chico de ojos verdes y cabellos rizados se interponía en mi camino. Su cara demostraba pánico y horror al mismo tiempo, hubiera apretado el acelerador e irme a toda velocidad pero eso hubiera implicado que lo matara. Pare el auto baje la ventanilla y saque la cabeza por la ventana.

-Ei! ¿Estás bien? ¿Necesitas que te lleve a alguna parte?. Estupida Camille! Porque se te ocurrió decirle eso, lo único que falta es que lleves a un desconocido en tu auto en estos tiempos de guerra! El chico sonrió y se fue acercando hacia al auto, dude en apretar el acelerador e irme a toda velocidad pero su cara me dio tranquilidad y me quede en donde estaba. El chico estaba a casi 10 centímetros mío y seguía sonriéndome. Cuando estuvimos cara a cara me miro y rio.

-Al fin nos conocemos Camille, te estaba esperando hace mucho tiempo. Dijo el chico sin dejar de sonreír.

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