I’m gonna love you and you’re gonna fall in love with me
martes, 14 de diciembre de 2010

AC Capitulo 7: "Afinidad con las emociones"

Capitulo 7: “Afinidad con las emociones”

Me levante de la cama de un salto, debido a la corneta ensordecedora que sonaba todas las mañanas para que los ángeles se levantaran. Salí de la cama y fui hasta el baño a lavarme la cara. Había dormido tanto que todavía no podía abrir los ojos. Fui hasta la ventana y pude observar un sol radiante al horizonte, y como unos ángeles practicaban técnicas de lucha en el patio. Pude observar que Paul los estaba instruyendo. Me cambie con unos jeans y un saco morado y salí de la habitación dispuesta a encontrar a Carol y contarle mi experiencia sobre las emociones con Brandon por la madrugada. Por suerte Carol me esperaba afuera de mi habitación con una sonrisa.
-Note que querías hablar conmigo. Dijo con una sonrisa
-Eh, si ¿Cómo supiste? La mire atónita
-Creo que ya te explicaron que los ángeles tenemos la habilidad para percibir las cosas, y más los que tenemos afinidad con las emociones. Siguió sonriéndome y luego agrego –Pero primero desayunemos, debes estar fuerte.
Bajamos las escaleras y Aaron nos esperaba sonriente en el último escalón. Se notaba que esta mañana estaba un poco más animado después de lo ocurrido la noche anterior. Cuando pase enfrente de él me tomo una mano y me la beso, como un gran caballero. Me puse roja como un tomate le sonreí y me fui con Carol hasta la cocina. Aaron por supuesto nos siguió. Nos sentamos en una de las mesas y Cameron nos dio unos platos llenos de cereales de chocolate con leche.
-Gracias. Dije sonriéndole
-De nada Camille. Me devolvió la sonrisa y se fue hasta la cocina.
Aaron seguía mirándome con mucha atención, y realmente me estaba poniendo muy nerviosa. Cuando termine mi plato de cereales, Aaron por fin se digno a hablar.
-Hoy es día de Edifer. Dijo mirándome a mí y a Carol ¿Qué demonios era el día Edifer?, Carol sonrió animada y me miro.
-El día Edifer se da cada mes, es un día en que los ángeles hombres salen a patrullar de día, mientras las ángeles mujeres preparan un gran banquete para los ángeles hombres. Dijo Carol sonriéndome
-Medio machista el día. Reí. Aaron me miro con recelo y Carol rio conmigo –Es chiste Aaron. Agregue
-Está bien, no hay problema. Dijo Aaron desviando la vista de mí
-De todos modos, hare el mejor banquete para ti. Dije tomándolo de una mano. Aaron se puso rojo como un tomate y sonrió.
-Gracias… pero de todos modos mientras no esté quiero que te cuides Camille. Dijo Aaron apretándome la mano con fuerza.
-Descuida, se cuidarme sola. Dije dándole un golpecito en la cabeza.
Brandon entro por la puerta del comedor refregándose los ojos y mirándome. De pronto Aaron se puso tenso como una piedra. Me causaba gracia lo loco que se ponía Aaron al ver a Brandon, pero no entendía el porqué. Brandon era un buen chico, me había ayudado con los seres negros cuando no podía transformarme. Se sentó al lado de Carol, enfrente de mí y me dedico una sonrisa.
-Escuche lo del día Edifer por los pasillos cuando venía para aquí ¿Puedo ir con ustedes?. Dijo Brandon mirando a Aaron
-De ninguna manera! Eres humano no puedes venir con nosotros. Soltó Aaron casi gritando
-Se pelear desde los 5 años Aaron, por que no sea un ángel puedo defenderme contra esos engendros. Dijo Brandon con total naturalidad. Yo sabía lo que tenía en mente Brandon, quería encontrar al culpable de la muerte de su padre. Paul entro por la puerta trasera del comedor con una espada en su espalda. Se notaba que había estado entrenando duro. Aaron miro a Paul pidiéndole ayuda.
-¿Qué es lo que pasa acá? Dijo Paul mirando a Carol que seguía jugando con su plato de cereales
-Lo que pasa es que Brandon quiere ir de patrulla con ustedes, pero Aaron no lo deja. Dijo con una sonrisa y siguió jugando con el plato de cereales.
-No debería venir. Bufo Aaron
-Pero sabe pelear y nos puede ser útil, salvo que lo quieras dejar acá con Camille y Carol. Comento Paul con una sonrisa. Automáticamente Aaron se paro le dio un golpe a la mesa con el puño lo miro a Brandon y dijo.
-Tú! Vienes con nosotros, seguidme debo mostrarte unas armas. Brandon le dedico una sonrisa media burlona, y luego me miro a mí, me guiño un ojo y se fue con Aaron. Paul seguía allí observando cómo Carol jugaba con sus cereales, se sentó a su lado agarro la cuchara que tenía en su mano, tomo un par de cereales y se los dio a Carol en la boca. Carol se puso roja como un tomate y luego le sonrió.
-Tienes que comer Carol, no me hagas enojar. Dijo Paul dulcemente.
-Lo har-e . Carol tartamudeo y se levanto de la mesa. Me miro con sus hermosos ojos celestes pidiendo ayuda.
-Tenemos cosas que hacer Paul. Sonreí y me levante. Tome de la mano a Carol y salimos del comedor.
En la sala estaban todos los ángeles hombres, ya preparados para irse de patrulla. Aaron tenía a Brandon del brazo como si fuera un muñequito, Brandon parecía divertido y sonreía todo el tiempo, pero Aaron no la estaba pasando nada bien. Los mire y les sonreí a ambos, los dos eran muy importantes para mí, y quería que se lleven bien. Carol que estaba detrás de mí todavía seguía atónita por lo que había sucedido hace unos minutos con Paul en el comedor. Pude sentir la esencia de su corazón, estaba muy feliz, su corazón gritaba de felicidad y me hacía sentir muy bien. Carol se dio cuenta que podía sentirla, y volvió de nuevo a ser ella, me miro me dedico una sonrisa y me arrastro hacia una habitación que estaba no a pocos metros de la gran sala. La habitación era hermosa, estaba decorada con decenas de rosas rojas, sillones blancos con almohadones morados, y unas cortinas blancas con detalles en rojo en todas las ventanas. Al final de la habitación reposaba un gran piano de cola blanco, y una maravillosa arpa blanca. Carol se sentó en uno de los sillones y me hizo una seña para que me sentara junto a ella.
-Bueno, primero gracias por sacarme de allí. Dijo con una sonrisa radiante.
-No, de nada supe que necesitabas un cachetazo pero no era prudente. Reí
-Si de verdad lo necesitaba. Dijo riendo también –Soy muy obvia ¿no? Se sonrojo
-La verdad, no me había dado cuenta hasta hoy. Dije animándola, lo cual era verdad nunca me hubiera imaginado que Carol estaba enamorada de Paul.
-No es reciente, y tampoco lo demuestro muy a menudo, Paul me gusto desde el prime día que lo vi, hará unos cuatro meses atrás. Comento jugando con su hermoso pelo rojizo –Pero soy muy menor para el… y es algo que me atormenta todos los días. Concluyo tristemente.
-La edad no importa Carol, no tienes por qué avergonzarte por gustar de un chico mayor que tu, aparte ¿Qué edad tiene Paul? Trate de animarla.
-Paul tiene 24 años y yo tan solo tengo 18, y no soy más que una alumna para él, no es como tú con Aaron. Dijo sonriéndome. Me puse toda colorada, no sabía que decirle ¿tanto se notaba que me gustaba Aaron? Carol noto mi inquietud y me tomo una mano y luego agrego –Sabes que tengo afinidad con las emociones y lo puedo notar, aparte se nota por como lo miras, no te avergüences sabes que puedes confiar en mi Camille.
-¿Pero es tan obvio? Dije poniéndome aun mas colorada.
-No es obvio, pero yo lo noto. Dijo animándome. –No tengas miedo de contarme estas cosas, quiero ser tu amiga Camille.
-Yo también quiero serlo Carol, por eso te digo que no bajes los brazos con Paul. Reí
-Voy a pensar en ello luego, pero ahora te traje aquí por otra cosa más importante, bienvenida a la sala de los ángeles con afinidad por las emociones, no pudiste entrar aquí antes simplemente porque solo tienes que tener afinidad con ellas, y por lo que veo ya la tienes. Dijo sonriéndome.
-Eh… si es un poco raro ya que estoy en esta casa hace unos tres días nada más. Comente
-Todas las cosas que te van a pasar a partir de ahora van a ser raras para ti, pero luego te acostumbraras. Se paro y fue hasta el piano. La seguí, se sentó en la banqueta abrió el piano y empezó a tocar. Cada tecla que tocaba era como sentirse en el cielo. La música llego a cada parte de mi cuerpo hasta a mi corazón y me hizo sentirme muy bien conmigo misma. También pude sentir los sentimientos de Carol a flor de piel. Era maravilloso el amor que Carol poseía en sí misma, era inexplicable. Carol termino de tocar el piano y me miro sonriente.
-¿Lo sentiste verdad? Cerro el piano y volvió hacia a mí.
-Fue increíble. Todavía seguía atónita
-Vas a poder hacer esto tu también Camille, la música es nuestra arma para curar un corazón herido. Comento agarrándome de la mano de nuevo. –Y ahora quiero saber ¿Cómo fue que te diste cuenta? Siguió sonriéndome.
-Fue… anoche… con Brandon en mi habitación. Tartamudee y me puse toda roja.
-Entiendo, sentiste su corazón ¿no es así? Seguía sonriéndome, no se había sorprendido por lo que le había contado en absoluto.
-Si… y fue raro vi soledad y tristeza y por momentos sentí felicidad, y luego de nuevo soledad y tristeza, me sentí como se sentía él, ¿es normal? Pregunte inquieta.
-Es normal, cuando uno tiene cierta afinidad con una persona, y veo que tú la tienes con Brandon. Cerró los ojos y luego agrego –Pero, en eso no debo meterme, te tienes que dar cuenta tu sola. Abrió los ojos y me sonrió de nuevo
Me quede sin habla, ¿de qué me estaba hablando? ¿Afinidad con Brandon?, podría ser ya que Brandon había sido importante para mí en mi vida pasada y ahora me había hecho una promesa a mi misma de ayudarlo. Pero aun así todo esto me confundía demasiado. Carol seguía mirándome con gran admiración, pude sentir que su corazón estaba lleno de felicidad y mi corazón también estaba lleno de felicidad, estar con ella me hacia bien. Ella era una gran persona y me puso muy feliz tenerla conmigo en estos momentos complicados.
-Gracias por todo Carol, ¿me vas ayudar con esta nueva habilidad? Concluí
-Te voy ayudar, no dudes de eso Camille. Dijo apretándome la mano con cariño – Y ahora deberíamos ir a ayudar a las demás con el banquete, Charity debe estar poniéndose furiosa ya. Rio.
Tiró de mí y salimos de la habitación. Efectivamente estaban todos las ángeles como locas preparando todo para el gran banquete de esta noche. Debería ser un gran acontecimiento ya que estaban decorando toda la gran sala con telas blancas con bordados dorados un estilo a los tatuajes que teníamos cuando nos convertíamos en ángeles. Una gran mesa decorada con un mantel blanco estaba en el fondo a medio armar. Charity corría de acá para allá con telas y velas blancas en las manos, y todas las demás la seguían. Al vernos nos fulmino con la mirada y vino directo a donde estábamos.
-Acá estaban! ¿Dónde demonios estaban? . Dijo medio enojada.
-En la habitación de nuestra afinidad. Contesto Carol con una sonrisa. Charity me miro atónita al darse cuenta de que yo había descubierto mi afinidad. Casi con lágrimas en los ojos me abrazo.
-Yo sabía, tal como le paso a tu madre, Te felicito Camille. Me soltó y me siguió mirando con gran emoción. –Aunque tenía una pequeña esperanza de que tu afinidad fuera la fuerza así podría ayudarte. Rio
-Muchas Gracias Charity, y podes ayudarme en lo que quieras pero ahora ¿En qué podemos ayudar? Dije sonriéndole.
-Bueno, sabes que eso me pone muy feliz! Y mira por haber descubierto tu afinidad te dejo tranquila, y aparte tu padre despertó y quiere hablar contigo. Dijo guiándome un ojo.
-Está bien pero luego de hablar con mi padre quiero ayudar, se lo prometí a Aaron. Reí
-Ve a hablar con tu padre, que yo me encargo de dejarte un par de cositas para hacer después. Comento riendo. Charity la miro con recelo y agrego.
-No dudes de eso, de seguro te deja algo esta haragana. Rio
-Hey no hagas que me enoje. Soltó Carol con una sonrisa
-Nunca haría algo así amiga. Dijo y la abrazo, me hizo un gesto para que me uniera a su abrazo y así hice. Las abrace a las dos como si fueran mis amigas de toda la vida, y en parte lo sentía así. Por fin podía decir que tenía amigas, y no cualquier amiga, si no dos de las cuales nunca me dejarían sola.

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